Franz von Paula Gruithuisen se concentró en la observación y el dibujo de áreas reducidas de la superficie. Seguía en esto una corriente de investigación que ya hemos visto en otros astrónomos. Al concentrarse en fragmentos su objetivo era descubrir hasta los últimos detalles del relieve lunar. En ocasiones la concentrada visión de estos astrónomos fomentaba su imaginación. En el caso de Gruithuisen era tal la precisión con la que creía observar la luna que pensó haber descubierto una ciudad, con enormes edificios y cursos de agua. Con ella ganó una pésima reputación entre los investigadores de su época, que ya estaban bastante seguros de que sobre la Luna no existía agua ni seres dependientes de ese elemento. En uno de los mapas que hizo podemos comprobar la dificultad que tenían los selenógrafos para relacionar los accidentes con sus nombres.