LA TIERRA VISTA DESDE LA LUNA
Una de las imágenes más importantes para los cosmonautas eran las tomas de su planeta. La tierra desde la luna era como la confirmación de una nostalgia. Tantos años viendo la luna desde la tierra, aprendiendo en su contemplación a familiarizarnos con lo desconocido y ahora veíamos la tierra allá lejos, creciente y menguante, la tierra que aparece y desaparece, aprendíamos a extrañarnos de lo conocido. Era como ir al territorio de los sueños y desde allí ver la realidad, cruzar el espejo y contemplarnos desde ese otro lado para renovar la permanente sorpresa de existir. Desde ese mundo tantos siglos imaginado devolvemos la mirada y sentimos más fácilmente que la tierra es también en gran parte un lugar que participa de las ilusiones, que por un momento el territorio árido, desierto y muerto es la realidad y desde allí imaginamos un planeta con nubes, lluvia y árboles.
Los astronautas del Apolo volvieron a la tierra con algo más que polvo lunar: su viaje les proporcionó una perspectiva sobre la tierra que la humanidad no había experimentado nunca. Por primera vez contemplamos nuestro planeta como un pequeño globo, completo, azul y blanco contra la negra inmensidad del espacio.
NASA
Cortesía del Instituto Astronómico Estatal Shtérnberg