Calblanque, entre el agua y la piedra, entre la voz y la palabra

Poemas de Paco Carreño, fotografías de Luis González-Adalid

Fui invitado a publicar Calblanque por Luis González-Adalid, autor de las fotografías del libro. Es una colaboración muy especial. Tanto él como yo tenemos una larga relación con el paisaje que va del cabo de Palos a Portmán. Su milenaria  historia minera, la curiosa morfología de sus rocas y la vida que se abre caminos sorprendentes nos fascinan casi del mismo modo. No creo que mis ojos hubiesen atinado más que los suyos en esta selección de fotografías. Nos reconocemos en el deterioro y en la exaltación de la pobreza, en el capricho de una erosión que descubre formas sorprendentes, en este preciso instante geológico de dunas fósiles y contrastes de cuarzo, grafito y magnetita, en la frenética quietud del cernícalo. Hablamos de un lugar que nos ha enseñado a mirar, a sentir y a pensar. No se lo debemos todo, pero hemos buscado allí algo más que una parte del mundo. Hemos encontrado el cuerpo de una voz compartida con estas palabras.

Cualquier animal puede

levantar su oído

y escuchar el silencio

imprevisto

del cielo que vocea

uno a uno

los montes unidos

por el rocío.

Multitud de párpados cubren

los ojos ciegos de la tierra.

La mirada se hace grumos.

Por encima del suelo

sobresalen visionarias

formas de sed.

Esta es la historia

de una tierra

a la que sólo el pliegue calma.

Esta es la historia

del pensamiento.